Post reproducido con autorización de Tecnodiva.com

  • Siempre tener activado el PIN
  • No tener tantos datos sensibles en el celular
  • Ser más paranoico en cuanto a guardar mis claves y usuarios automáticamente en el celular, y simplemente no hacerlo
  • No dejar de lado el seguir los procesos tanto legales como comerciales para que ni el gobierno ni las empresas dejen de lado su parte de la responsabilidad y también mejoren sus procesos
  • No volver a confiarme jamás de manera exclusiva de las medidas de protección de ninguna empresa de software o de celulares.

 

Debido a lo serio y peligroso que resultan todos los datos sensibles que hay en nuestros smartphones y la poca información disponible en la red acerca de los pasos a seguir cuando descubres que te han robado tu equipo (tal vez difiera un poco cuando es uno quien lo pierde), consideramos que este caso tristemente real, se debía sacar  una experiencia positiva.

Los datos personales han sido omitidos  como protección a la identidad de nuestro relator a quien le agradecemos su tiempo para compartirnos este lamentable suceso.

La verdad es que todo mundo sabe que ocurren estas cosas, se imaginan que serán robados o que a alguien más le robarán sus pertenencias en la vía pública, pero no es hasta que le pasa finalmente a uno y que además le quitan un teléfono Smartphone que en verdad cae uno en cuenta de todo lo que implica. Medio se imaginarán las odiseas que tendrán que hacer, las claves que tendrán que cambiar, la información que pudieran llegar a tener a su disposición los responsables por el robo del Smartphone en sí, pero hasta que les pasa, es cuándo realmente empiezas a detallar el detalle de pérdidas y riesgos sufridos por perder un simple aparato tan pequeño.

Un viernes en el verano del 2011 iba camino a encontrarme con unas amistades vía el Metrobús de la Ciudad de México. Por diferentes razones iba muy distraído. Para esto, normalmente soy de los que se sube al transporte público con la mano en el bolsillo protegiendo objetos de valor, puesto que no siempre traigo una chamarra ni una maleta en donde juntar todo para poder centralizar y proteger mis pertenencias. Pero ese viernes fue muy diferente. Los pendientes me atosigaban.


Y para no variar, fue un viernes por la tarde, y el Metrobús iba empaquetado a su máxima capacidad.

En una de las paradas más transcurridas de la línea, yo ya iba mentalizado a que se iban a bajar varías personas para cambiarse al metro. Me alejé de la puerta lo más posible, me fui adentrando hacía el lado opuesto de la puerta de salida, y este fue el momento en que me robaron el celular. Me di cuenta por una cosa, y eso fue que ya mero me arrancan la cabeza en el primer intento. Al momento no me cayó el veinte de que me estaban tratando de quitar el celular precisamente por la multitud que venía saliendo, pensé que seguramente alguien de alguna manera se había enganchado con mis audífonos (luego me acordé que los traía por adentro de la camisa así que obviamente no fue por eso… y venían conectados a mi celular). El segundo jalón fue cuando ya por fin lograron separarme del celular, y en ese momento dejé de escuchar música y ya por fin reaccioné.

Obviamente las preguntas son, ¿quién fue, en dónde está, qué hago? Pero la realidad es que no fue posible hacer ni averiguar nada. Y la policía de la estación simplemente me preguntó que quién fue, y obviamente no le pude decir nada.

Pues en ese momento de inutilidad se me prendió el foco, pero a contraste de historias heroicas de smartphones rescatados, en este caso no aplica. Salí de la estación, corrí a un Vips y me colgué de su internet ya que traía la lap conmigo. Ingresé de inmediato a un sistema de rastreo que venía conectado a mi celular con toda la intención de rastrear mi teléfono, y así ver cómo procedía.

¿Primera sorpresa? Los criminales ya se las saben lo suficientemente bien para desactivar los servicios de localización, tanta queja por todo el mundo sobre la privacidad, y es gracias a esto que me metieron el atorón de no poder localizar mi propio equipo. Jamás salió localizado a pesar de que lo había dejado activado. Así que me di cuenta de dos cosas:

Ya son más inteligentes los criminales al respecto del tema de los smartphones de lo que uno se presupone, y… No había pasado lo suficiente de tiempo entre mi último uso del celular (procuro no sacarlo nunca estando adentro de un camión, ni en las estaciones, pero el cierre con PIN se activaba a los 15 minutos).

¿Qué hice? Pues envíe un mensaje ofreciendo rescate por el teléfono y un número de contacto de un familiar, además de otro mensaje a mi familia avisándoles de lo que acababa de pasar y que posiblemente alguien hablaría ofreciendo devolverlo por un costo.

Pasan unos minutos y nada. Decidí bloquear el celular con PIN ya que el rastreador permite esta función, pero en este momento sé que me queda muy poco tiempo para realizar más opciones. Si bloqueaba con PIN, el que me robó el teléfono seguro se daría cuenta de que tenía acceso inalámbrico y apagaría el equipo. Aún así, al momento pensé que igual y se me había caído y que yo estaba pensando mal. Pues… bien dicen que piensa mal y acertarás. No es un dicho que celebro, pero a veces sí aplica.

Bloquee el equipo, y mandé otro mensaje ofreciendo rescate. Después decidí que tenía que llegar a casa primero para dejar saber a mi familia que yo estaba bien, y segundo para darle seguimiento a todo. Ya en el Vips lo único que podía hacer era seguir viendo mi pantalla y esperar en Dios que un ratero no tuviera mi celular.

Al llegar a casa se hizo evidente que lo había perdido para siempre. ¿Por qué? Nunca volvió a aparecer en el rastreador. Nunca más me llegaron confirmaciones del rastreador sobre mensajes que yo envíe al teléfono, ni del comando de borrado automático que mandé al final.

Esto significó que habían apagado mi equipo, y para mi gran mala suerte a la empresa desarrolladora del equipo y del programa rastreador no se le ocurrió que esto pudiera haber sido un problema dentro del esquema de protección – apagan el teléfono, y ya no sabes más de tu teléfono. Encima de esto tuve que hablar a Iusacell para pedir la anulación de mi línea por reporte de robo, porque han de saber que gracias al Consejo Ciudadano del Distrito Federal y un acuerdo común firmado por Telcel, Movistar, y Iusacell-Unefon, ahora por el reporte de robo vía telefónica sobre un celular, no solamente te anulan la línea hasta que lo vayas a reactivar, sino que también se pone en lista negra el código IMEI (un número de registro que todo celular tiene y utiliza para la conexión a las redes celulares), de tal manera que ese aparato celular no se puede volver a usar en todo México, por lo menos en esas tres redes.

Y pues me fascinó la idea, procedí con esto, y pensé que ya mi preciado Smartphone ya había desaparecido por siempre… Pero aquí es en dónde realmente se puso buena la odisea.

Vía telefónica me atendieron bien, no puedo hablar mal de Iusacell en ese aspecto y la verdad todo perfecto, sin embargo por vía telefónica nadie me pudo ni me quiso explicar bien si el IMEI se había quedado bloqueado ni mucho menos si tenían el IMEI de mi celular registrado. Esto fue muy importante para mí porque compré el equipo desbloqueado en el extranjero. Yo tenía el código IMEI, pero no me constaba que Iusacell lo tuviera. Yo no entendía – ni mucho menos la gran mayoría de las personas con quiénes hablé por teléfono – que el código IMEI que se bloquea es el último que se quedó registrado por el acceso a la red celular. Y para esto, no me supieron explicar ese pequeño-gran detalle hasta el día siguiente en que me forzaron a ir a Iusacell en Tintoreto (por cierto, ahórrense la ida a esta sucursal porque en verdad son lo que le sigue a pésimos para resolver problemas – y se los digo a más de 12 años como cliente de ellos).

Para esto, fui por dos cosas: el asegurarme de que ya había quedado bloqueado el IMEI de mi celular, y que me reactivaran la línea en otro celular que me ha prestado mi hermano mientras tanto. Seguro se preguntarán sobre el seguro de celular o plan de protección. La verdad, por lo menos en Iusacell, es una bazofia y siempre lo han sido. No te cubren la totalidad del equipo robado, dañado ni perdido, y según sea el caso de como se les haya perdido el celular, tienen que proceder con distintos reportes que varían desde presentarse simple y sencillamente a Iusacell en caso de pérdida, hasta aplicar una denuncia en el Ministerio Público para luego llevar el papeleo correspondiente a Iusacell y que así te apliquen el seguro – que repito, no cubre la totalidad del aparato a reemplazar. En mi caso ni siquiera aplicaba porque mi celular no fue de Iusacell, así que un plan de protección o de seguro habría sido ridículo.

Iusacell me atendió relativamente e inicialmente bien en servicio a clientes. Me dieron chip nuevo, lo ingresé en mi equipo, pero jaló por la gran cantidad de diez segundos. La línea se bloqueo al reiniciar el equipo como te indican que se haga al obtener un nuevo SIM para la red GSM. Pensé que igual y había una falla en el chip o igual en el equipo que ya llevaba meses sin uso. El chiste es que me enviaron de cajón al servicio técnico a dónde al parecer todos los clientes de Iusacell en la sucursal Tintoreto son enviados a morir en la obsolencia total. Subí a ver por lo menos unas 20 personas esperando atención y resolución, y por lo que yo oí, vi, y viví personalmente, casi todos habían sido casos que no quisieron resolver abajo en servicio al cliente y que habían sido relegados a servicio técnico. La falta de esmero no solamente se palpaba en el aire sino que me ahogaba. Para cuando por fin me atendieron, me dijeron que el problema se resolvía abajo en servicio al cliente, y cuando mandaron a llamar la señorita que me había mandado arriba, se empezaron a echar la bolita.

La bolita terminó en mis hombros, porque claramente el equipo era Europeo (a pesar de provenir de Arabia Saudita y ser un teléfono para uso global/universal). Y la excusa fue que “los teléfonos europeos queman diferente los SIMs entonces no se puede hacer nada, y ya vimos que funcionan otras SIMs de Iusacell en tu celular, y hasta probamos tu SIM en otro equipo (mentira), pero solamente no funciona tu SIM en tu celular, así que por nuestra parte ya no podemos hacer más. El problema no es de nosotros.” ¡Va la bola!

A estas alturas ya había pasado 3-4 horas en Iusacell, y ya no quería saber nada de ellos ni de su gran inutilidad, ni mucho menos después de hablar con otros clientes que ya llevaban tres DÍAS esperando a que les resolvieran sus problemas.

Aquí hago pausa para mencionar otro paso que realicé el viernes por la noche. En el número telefónico del Consejo Ciudadano me indicaron que el reporte de robo lo manejaba Iusacell si es que ya lo había iniciado con ellos, entonces que ya no quedaba de mí iniciar nada. Sin embargo, en Iusacell me habían indicado que para poder bloquear exitosamente el IMEI tenía que presentar un Acta ante el Ministerio Público y llevarlo a Iusacell para que lo realizaran. Bienvenida la confusión… Previendo que me pudieran pedir el acta, decidí acercarme al Ministerio Público. Para esto, aceptan que hagas la denuncia vía internet en el sitio web del Ministerio Público Virtual. Después de un buen rato escribiendo y sacando la información que pedían, mandé un Acta Especial.

Un Acta Especial que para el sábado en la mañana en lo que iba en camino hacía Iusacell me aclaró el Ministerio Público que no procedía debido a los detalles de mi caso, y que se debía de enviar como Querella. Hablaré de sus diferencias pronto.

Después de todo lo que pasó ese sábado con Iusacell, decidí averiguar más por internet sobre casos como el mío. Tenía que haber más información. Tenían que haber más experiencias escritas en internet. Fíjense que no, o igual y sí los hay, pero están bien escondidos, o son casos de años antepasados que realmente no aplican contra la reglamentación moderna para robos de celular.

Es por esto que acabé buscando en Poder PDA. Yo no conocía Poder PDA bien antes de mediados del 2010, pero me he vuelto un lector casual del sitio y he tenido el gusto de interactuar con algunos de sus miembros vía twitter. Pensé que seguro aquí tendrían algo.

Pues sí, sí tenían. No tenían casos realmente descritos a fondo sobre el proceso después de un robo de un celular, ni si es que alguien se atreve a darle seguimiento ante el Ministerio Público, pero tienen varios artículos sobre rastreo de celulares ante el gobierno, nuevas leyes que quieren pasar en el Senado respecto al mismo tema debido a secuestros de personas y debido al narco, y es así como di con México S.O.S.

Para no hacerles el cuento más largo, porque falta mucho por comentar, al informarme con los artículos y acabar en el sitio de México S.O.S. decidí escribirles por correo electrónico para ver si de pura chiripa no había alguien que me pudiera ayudar en el tema de rastrear mi celular perdido por su código IMEI, o bien su número E911. El caso es que la respuesta fue “sí, pero no, pero sí, pero a ver, entonces hable a tal lado con fulanito de tal y te atenderán y blah blah blah.” Perdonarán el que lo escribiera así, pero así fue.

Hasta eso no fue en vano, pero casi. Lo que saque de esos sitios, y esas llamadas, fue el comunicarme directamente con la policía vía el sitio web de ellos, en dónde me atendieron muy amablemente y me siguieron canalizando (a pesar de que volví a acabar en el Ministerio Público), y en dónde me sugirieron hablar con la Administración del Metrobús por la posibilidad de que mi iPhone se hubiera perdido en el camión.

En Metrobús jamás salió, pero cabe mencionar que todo el personal siempre fue educado, amable, de gran ayuda y constancia. Tanto la policía que realmente funciona por aparte de la Administración del Metrobús, como el personal del Metrobús en sí.

El caso es que por estos sucesos volví a aproximarme al Ministerio Público. ¿Por qué? Porque a pesar de que realizar una denuncia que sea Querella es todo un proceso que involucra una Averiguación Previa (el que la Procuraduría General de Justicia se involucre en una investigación total de los hechos ocurridos y busque al criminal como así se establece en las leyes mexicanas), bien me recordaron varias personas que mi celular posee no solamente información personal muy delicada, sino que también mi libreta de contactos, que en algunos casos, venían detallados a exageración.

Es por esto que se renovó mi preocupación. Son casi 200 contactos. Ya había ocurrido un rapto entre mis conocidos directos, y me quedé plenamente mortificado de la idea de que a pesar del bloqueo con PIN de mi Smartphone, que el criminal fuera de alguna banda o narcos – o qué sé yo – que pudiera hackear el aparato y sacar toda mi información de los contactos – ni se diga mi información personal. Aclaro que yo hago servicio técnico para varios clientes, amistades y familiares míos en smartphones, por lo que sé sobre la gran facilidad para realizar estos hackeos.

Así que va la Querella…

Mandé el papeleo correspondiente vía internet de nuevo. A estas alturas ya había yo confirmado sin lugar a dudas que me habían robado el celular, que no iba a aparecer perdido por algún Metrobús, que no lo iban a encontrar mágicamente los policías, y por lo tanto dejé de perseguir el asunto por esos medios. Mi línea de celular no volvió a funcionar hasta cinco días después, pero fue gracias a la buena atención que recibí de Iusacell en la sucursal División del Norte. Se esmeraron por resolver el problema: el reporte por robo seguía activo, por lo cual todo SIM que se activaba con mi línea se inutilizaba a los pocos segundos de entrar al sistema de Iusacell.

Por fin voy al Ministerio Público a verificar mi denuncia y firmar. Para esto, no tenía yo idea de cómo era el proceso, pero tenía desde cuentos de terror de que el Ministerio me encerraría en un cuartito y me interrogarían por horas y me harían sentir que yo era un criminal por atreverme a la denuncia, hasta el aspecto de que me ignorarían o que me atenderían rápido y saldría en segundos. Yo rogaba por lo último a pesar de mi interés en seguir con el proceso tanto por la información de mis contactos, como por las puras ganas de saber qué haría el Ministerio Público al realizarse el debido proceso que tanta gente había evitado hacer por tanto tiempo y a tal grado que no encontré información de un caso 100% desarrollado ni descrito por ningún lado en internet.

Me topé con varias sorpresas. Para empezar, me recibieron y atendieron bien. Me mandaron a la oficina de una señorita muy agradable y quién atiende los casos denunciados por internet. Ella mandó imprimir mi denuncia, la revisó, me preguntó si alguien me había asesorado en escribirla, y al firmar la confirmación de que la querella era tal cuál como la había descrito, mandó mi caso con una agente del Ministerio.

Me regresaron a la sala de espera, y a los 10 o 15 minutos ya estaba con la primera agente ya en sí del Ministerio Público para lo que sería el proceso de someter mi Querella a la PGJ. Ya sé, suena rebuscado porque pensarían que ya todo estaba en sistema, pero no es así. Tenían mi denuncia, pero no procedía a ser nada hasta el momento en que yo confirmara con esta agente que quería realizar la Querella.

Aquí vino la siguiente sorpresa. La agente procedió con educación, paciencia y amabilidad a atender mi caso, me informó que de proceder me enviaría a entrevista para corroborar mi declaración de los sucesos, y que de ahí proseguía mi caso a la etapa de la Averiguación Previa.

Teniendo yo muchas dudas al respecto, le pregunté que para qué pedían que nosotros los ciudadanos declaráramos estos sucesos, porque yo sinceramente pensaba que era una pérdida de tiempo, pero que lo había hecho en base a mi libreta de contactos que se encontraba en mi celular que se pudiera usar para diversos fines, y porque había leído del caso en el Senado sobre las leyes (no aprobadas) que apoyarían el rastrear los equipos vía sus códigos IMEI y/o E911.

La agente se frustro bastante, no por mí, sino por darse cuenta de que mi interés iba por el lado de proteger potenciales víctimas futuros por el robo de mi equipo y por el lado de la posibilidad de rastrear el equipo en sí. Su frustración se debió a que normalmente estos casos los tramitan como Actas Especiales en los cuáles queda registrado el robo, con los datos del equipo, y en una base de datos de la Procuraduría General de Justicia. La idea es que si el aparato celular robado vuelve a surgir en un caso futuro, ellos tengan la información necesaria para realizar el rastreo, y de encontrarse el equipo, realizar cualquier procedimiento legal en el que esté involucrado el aparato, y finalmente se devuelva al usuario que lo reportó robado desde un principio. Eso es todo, según me dieron a entender.

Sin embargo, en la Querella, tienen que proceder a realizar toda la Averiguación Previa, y es realizar la entrevista con el denunciante (yo, en este caso), y mandar el caso a la Fiscalía Descentralizada correspondiente para que los agentes correspondientes realicen toda la investigación detrás del robo. Esto es, en mi caso particular: ir a la estación del Metrobús en dónde me robaron para hablar con la policía que estuvo de guardia, revisar si había cámara de seguridad y si se vio posiblemente el acto del robo o el aparato celular robado y quién lo traía, tratar de identificar positivamente a esta persona, indagar su localización, proceder a su arresto, etc., etc., etc.

Y encima de eso, sí realizan los rastreos de los equipos en sí, pero…. la división de cibercrímenes del Distrito Federal posee la gran cantidad – según la agente que me trato – de 5 agentes. Esos agentes lidian con todos los casos correspondientes a cualquier crimen que tenga algo que ver con internet, celulares, toda tecnología informática que pudiera tener algún interés en cualquier caso que se presente en el Distrito Federal.

En pocas palabras, para cuándo la división de cibercrímenes llegue a mi caso, seguramente habrá pasado por lo menos un año de la denuncia, y si el IMEI del equipo se bloqueo debidamente, seguramente ni se estará usando en México o si se usa será por alguna modificación del código IMEI del aparato (que también es ilegal y bastante difícil de realizar en la mayoría de los teléfonos, según sé), porque simplemente Iusacell nunca realizó el bloqueo del IMEI que se debía realizar, o porque simplemente alguien lo logró desbloquear dentro de la lista negra de cualquiera de las telefonías correspondientes.

Así que por un lado, se dará seguimiento a mi caso y hay la posibilidad de detener un criminal que pudiera formar parte de una banda dedicada al robo de celulares – a pesar del impuesto bloqueo de IMEIs que supuestamente se persigue a nivel nacional en México – y muy improbablemente me devuelvan el equipo, pero en este tiempo que ya pasó y que seguirá pasando, lo más probable es que si pudieron sacar alguna información, ya lo hayan sacado.

De ahí la frustración del agente porque lo más probable es que no se encuentre un culpable, de encontrarse yo no lo podría identificar, y mi equipo probablemente ya hasta desapareció en algún mercado, y si pudieron sacar la información pues ya lo tienen todo para estas alturas.

Obviamente ya habiendo llegado a esta etapa seguiré adelante con el caso, no hubo vuelta atrás desde el momento en que la agente ingresó la querella. Ya me entrevistaron en el Ministerio. La reacción de los agentes entrevistadores al caso fue de un trato amable, paciente, y con preguntas muy inteligentes sobre como ocurrió todo, al grado en que se interesaron mucho en saber sobre rastreos GPS, sobre el sistema de rastreo, sobre las posibilidades de Iusacell para rastrear el equipo, sobre lo que me ocurrió, sobre los eventos específicos del robo y del por qué no vi quién me robo el equipo, todo. En ningún momento se me faltó el respeto, en ningún momento se ridiculizó lo ocurrido, y entendieron perfectamente mi preocupación por los datos de mis contactos, y hasta me asesoraron sobre cómo proceder en caso de que sufriera yo una extorsión telefónica o alguno de mis conocidos lo sufrieran.

Lo más probable es que no salga nada de la investigación de la Querella, no por la capacidad o incapacidad de los agentes del Ministerio Público, sino por lo difícil que será encontrar algún culpable, y más aún la dificultad de rastrear el equipo. Hay muy poco personal en la división de cibercrímenes como para que se molesten en rastrear un celular que PUDIERA usarse para algún crimen futuro, y tienen miles de casos que vienen antes que el mío, y obviamente casos muchísimo más importantes como son casos de pornografía infantil, raptos, narcotraficantes, etc., que tienen y deben tomar prioridad sobre casi cualquier caso de un celular robado.

Es por todo lo ocurrido que ahora entiendo la reticencia de los ciudadanos a reportar el robo de un celular – porque sí es un proceso alargado – aunque no sea por las razones de corrupción y abuso sobre los cuáles he leído en internet y escuchado que otras personas han sufrido. Si bien así se comportaba el Ministerio Público antes, ahora no fue mi caso personal. Muchos se preguntarán para que sigo con el caso, ¿por qué no insistí en que desecharan el caso? Porque como me lo dijeron los mismos agentes: a pesar de que probablemente no lleve a nada la Averiguación Previa, si los ciudadanos no denunciamos los casos, no crecerá la fuerza de seguridad de México, no se desarrollarán los departamentos correspondientes, y nosotros mismos estaremos echando abajo las leyes de los cuáles tanto exigimos en cuanto a su ejecución, mejoría, y protección, a la vez de darle más poder a la misma corrupción de la cuál tanto nos quejamos y de hasta apoyar las actividades criminales de quiénes abusen de nosotros al saber que nosotros no realizaremos denuncias ni proseguiremos con los casos ya sea por flojera, falta de tiempo, o miedo.

Vivimos en un México de muchas transiciones, no me ciego a la realidad de que sí existe mucha corrupción, y muchos riesgos, pero si vamos a salir adelante, depende también de nosotros como individuos hacer algo.

Y ahora, me han robado un Smartphone, eso ha traído posibles severas consecuencias a otras personas, y es por ello que tengo en mente lo siguiente:

  • Siempre tener activado el PIN en mi celular en todo momento, así me acabe de hartar de tenerlo con PIN, no lo vuelvo a poner con tiempo – no es una protección total contra el hackeo, pero por lo menos es una defensa inicial, y hay algunos celulares que no pueden ser hackeados con el fin de sacarles información teniendo el PIN
  • No tener tantos datos sensibles en el celular, o bien tenerlos muy bien protegidos en la medida que sea posible
  • No dejar de insistir con las empresas de manufactura de celular en que sigan mejorando y hasta sugerir cómo podrían mejorarlas medidas de seguridad en sus aparatos, ya que así como podrán ignorarme, también les interesa seguir vendiendo y seguir mejorando para obtener más ventas
  • Ser más paranoico en cuanto a guardar mis claves y usuarios automáticamente en el celular, y simplemente no hacerlo
  • No dejar de lado el seguir los procesos tanto legales como comerciales para que ni el gobierno ni las empresas dejen de lado su parte de la responsabilidad y también mejoren sus procesos
  • Tener muchísimo más cuidado con el celular que traiga, sea cuál sea
  • No volver a confiarme jamás de manera exclusiva de las medidas de protección de ninguna empresa de software o de celulares. Por muy buenos medios que desarrollen, claramente los criminales buscan la manera de superarlos por lo que debo estar atento siempre a implementar más y mejores medidas o simplemente nulificar el efecto que pudieran tener sobre mis contactos y yo al momento de que yo posiblemente pierda un celular o sufra un robo

Y para quienes quieran saber cuál es el proceso, basado en parte en instrucciones del Consejo Ciudadano del Distrito Federal, a seguir en un caso de robo de celular:

  • Hablar inmediatamente a su proveedor (Telcel, Movistar, Iusacell-Unefon) para reportar el robo
  • De tener su propio sistema de rastreo, úsenlo de inmediato ya que no siempre dependerá de su proveedor el uso debido de los productos que tengan
  • De haber encontrado su equipo exitosamente vía rastreo, jamás intenten recuperar el equipo por cuenta propia si existe la duda de que pudiera estar en manos de alguien que se los haya robado, busquen a un policía quién vaya de parte de ustedes o los acompañe – tendrán que someter una denuncia posterior a ello pero mejor eso a pagar con sus vidas u otros daños por verse bravos
  • De ser posible, y como alternativa a las opciones anteriores, marquen a su propio celular para intentar recuperarlo con la persona que lo haya encontrado, pero háganlo de la forma más segura posible – no se expongan a la posibilidad de ser extorsionados ni secuestrados
  • Si no han recuperado su celular, y durante el reporte de robo, dejen claro que desean que ese equipo, y no nada más su número telefónico, queden neutralizados – su número telefónico se puede reactivar después, pero el equipo debe quedar inservible (en teoría) para siempre
  • De ser necesario para el bloqueo del equipo, proceder a una sucursal de su proveedor con los papeles que les pidan y que podrían incluir: identificación oficial vigente, factura del aparato telefónico y denuncia ante el ministerio público.

Si siguen sin recuperar el celular y realizaron los pasos anteriores pero no han ido al Ministerio Público para reportar un robo o la pérdida del equipo, en el caso de la pérdida de equipo con la pura denuncia a su empresa celular ya queda registrado por la PGJ y las empresas celulares. En caso de robo, deberán proceder al Ministerio Público para la denuncia.

Muchos seguros para celular exigen de hecho el realizar la denuncia en el Ministerio, y muchos deciden no hacerlo por falta de tiempo, más por flojera, y más aún por miedo – no tengan miedo, quítense la flojera, y háganse un hueco de tiempo. El que puedan usar sus celulares para un crimen se está tomando muy en serio en estos días y hasta podrían estar ayudando a las fuerzas de seguridad en un caso futuro a través de la denuncia que hagan, encima de lo cual, necesitarán la denuncia para que les activen y respeten la totalidad del seguro que tengan con la empresa de celular en el que estén.

En este caso  la experiencia fue en el DF y pudiera variar en los diferentes estados y con el operador, pero los pasos a seguir serían similares o idénticos. No olviden consultar sus instancias legales  de su ciudad para guiarse.

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