Existen muchos mecanismos y leyes que se han implementado desde hace algunos años para la protección de los datos personales, todos ellos enfocados en que esos datos son privados y solamente nosotros podemos decir que se haga con ellos o no.

Recientemente estuvo el caso de Cambridge Analytica y Facebook, que reveló que la información de aproximadamente 87 millones de personas que estaban en esta red social, fueron comprometidos y usados con fines políticos en diversos momentos desde que esto ocurrió hace cuatro años.

Una de las preguntas más comunes es ¿cómo recolectaba esta empresa mis datos? Todos hemos visto los famosos tests de personalidad, de a que artista nos parecemos, y muchos más de este estilo. Pues precisamente así lo hizo Cambridge Analytica, crearon una aplicación que parecía un inofensivo test en Facebook, pero al darle acceso, se estaba permitiendo que recolectara toda nuestra información así como la de nuestros amigos. Esa increíble cantidad de datos se guardaba en una base de datos que posteriormente podía ser manipulada para obtener una gran variedad de información y corelaciones para generar perfiles específicos a los cuales se quería llegar con algún tipo de mensaje.

Literalmente le damos información a esas empresas por tener un resultado para publicar en nuestros perfiles de las redes sociales, y lo hacemos gratis. Pero no es algo nuevo, hace 13 años, si, en 2005, la empresa Verisign hizo una prueba en la calle en la que a cambio de un café de una conocida cadena pedían la contraseña de las personas, o por lo menos algo de información relacionada a la misma. En aquel entonces un 85% de las personas que fueron encuestadas dieron su contraseña o información relacionada. Y todo por una taza de café.

Muchas veces consideramos que podemos brindar información personal o confidencial y que no afecta, o que no pasará nada. Pero a pesar de todas las herramientas, leyes, candados, mecanismos, etc. que hacen empresas y gobierno para proteger nuestra información, finalmente depende de nosotros el uso que le damos y a quien se la damos. Antes de proporcionar algún dato debemos saber que uso le darán, la confiabilidad de a quien le proporcionamos la información, etc. E incluso debemos pensarlo muy bien antes de publicar algún dato a nuestros “amigos”  en las redes sociales.