Fuente: Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos
Comunicado IFAI/160/10 publicado el 07 de diciembre de 2010, vía sitio oficial del IFAI

 Cerca de 205 millones de dólares son robados diariamente mediante el uso de tarjetas de crédito
 98 por ciento de la información robada por red tiene que ver con tarjetas de crédito

Cerca de 205 millones de dólares son robados diariamente en el mundo con tarjetas de crédito que son clonadas mediante el uso de información que se obtiene en Internet, advirtió Ángel Trinidad, comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).

De acuerdo con expertos, dijo, el riesgo de perder el control de nuestros datos personales va creciendo, debido al uso exponencial de las tecnologías de la información, que facilitan la transmisión de los mismos a través de los procesos de interconexión.

Algunos especialistas calculan en 205 millones de dólares el monto del robo diario con el uso de tarjetas de créditos clonadas.

“Hoy ya no se necesita ser un carterista, ni arriesgarse más allá para cometer un fraude”, explicó el comisionado.

Al participar en la 5ª Reunión de Archivos del Gobierno Federal, Trinidad dijo que el fraude a través de tarjetas de crédito es el principal engaño que sufren adultos que utilizan Internet al comprar diversos productos.

Incluso, comentó que hay casos de venta por internet de información de tarjetas de crédito.

Empresas dedicadas al análisis de estos datos, dijo, han dado a conocer que el 98 por ciento de la información robada tiene que ver con tarjetas de crédito; de ella, el 73 por ciento está relacionada con el número de seguridad, la fecha de expiración, el domicilio del particular y el pin.

“En la medida en que estamos más conectados a la web, se van perdiendo los mecanismos de control. Prácticamente hay mil millones de personas conectadas a la red, lo que significa que, sin proponérselo, podríamos estar en contacto con millones de usuarios, lo que hace al sistema más vulnerable”, subrayó.

Por ello, dijo, es importante cuestionarnos quién tiene nuestros datos, cuándo y para qué los proporcioné; y saber hasta dónde pueden las empresas privadas tener datos de sus clientes.

“Todo esto, de manera separada quizá no pueda servir para mucho, pero al conjuntar los datos, puede permitir fraudes muy graves”, reiteró.