Image courtesy of Nirots at FreeDigitalPhotos.ne
Image courtesy of Nirots at FreeDigitalPhotos.ne

Al momento de decidir qué tipo de formato de audio utilizar, o cuál es el idóneo, la pregunta que me viene a la mente es ¿para qué?…existe una gran cantidad de formatos de audio, por ello se generan la mayoría de dudas y errores recurrentes debido a una “mala” elección en el formato que vamos a utilizar, sería conveniente respondernos el para qué… es donde entran los pequeños pero muchas veces importantes matices que me gustaría tratar.

¿Para qué lo voy a utilizar? podríamos hacer un ejercicio de dividir las posibles categorías para las que podríamos usar o privilegiar un formato en vez de otro. Las categorías más recurrentes en las que pienso son: audición, transportabilidad, producción, y almacenamiento.

Antes de continuar con la elección de un formato, valdría la pena mencionar los diversos formatos existentes y entender sus cualidades. Existen dos clases de formato de audio:

  • Comprimido/con pérdida: MP3, WMA, AAC, OGG, AC3, ATRAC, etc.
  • No comprimido/sin pérdida: WAV, AIFF, FLAC, ALAC, APE, etc.

 Para entender un poco lo que hace la compresión, me gustaría mencionar que la mayor parte de sistemas de compresión de audio se aprovechan de un ¨defecto¨ de nuestro oído para reducir el tamaño del archivo, a este se le denomina  enmascaramiento.

El enmascaramiento es una propiedad del oído humano que le impide distinguir dos frecuencias muy juntas dentro del mismo rango, una enmascara a la otra. Por ejemplo, si en una canción suena al mismo instante un sonido con una frecuencia de 12 Khz y otro de 12.2 Khz, podríamos quitar una de las dos sin que lo notemos al escucharlo” De esta manera, el compresor va “restando” las frecuencias enmascaradas, lo que reduce el número de bytes. Y menos bytes en informática se traduce en archivos de menor tamaño.” (Tomado de http://www.analfatecnicos.net/pregunta.php?id=32)

Transportabildad

Siguiendo con la categoría que ha provocado la controversia: La transportabilidad, el MP3 es sin duda el rey, que ha sido el favorito por lograr grandes niveles de compresión, facilitando el almacenamiento de una gran cantidad de música en nuestro equipo.

Por poner un ejemplo, al importar un CD de música en nuestra computadora, la información que contiene viene codificada como PCM (Pulse Code Modulation) con una frecuencia de muestreo óptima a 44.1Khz y una resolución de tamaño de cada muestra de 8 a 16 bits. Al comprimir en MP3 podemos elegir en algunos casos el bitrate; es decir, la cantidad de kilobytes por segundo (kbps) y esto ya nos da una mayor o menor calidad en la compresión que va de 128 (poca calidad), 192 (calidad regular) y 320 (calidad aceptable). Al elegir uno de estos niveles de compresión estamos eligiendo también la calidad de nuestro archivo.Otro formato que es recurrente cuando se trata de transportabilidad es el AAC, popularizado por Apple por ser el formato standard en los ipod y con una ventaja con respecto al MP3 que es un 30% menos de tamaño, conserva una calidad superior pero con la desventaja de tener una menor compatibilidad con otras plataformas como la tiene el MP3… otro formato que es muy utilizado es el WMA; códec desarrollado por Windows, y que es muy similar al MP3.

Dicho lo anterior cuando se trata de transportabilidad quizá sea conveniente utilizar formatos comprimidos como MP3 o AAC; aunque incluso en ésta categoría mi preferencia es usar formatos no comprimidos, el punto débil de los formatos sin pérdida es que abarcan casi 10 veces más espacio, por lo que es muy razonable que al almacenar en los dispositivos se quiera llevar la mayor cantidad de música posible.

*Esperen mi siguiente Articulo donde hablare sobre la manera en que almacenamos la música