“Paciente femenino, transitando la tercera edad, signos de heteroagresividad y tendencias suicidas”… datos que se leen en la ficha de admisión del Hospital Psiquiátrico, datos que una familia recibe a cambio de internar a su familiar.

El año pasado fueron frecuentes los correos electrónicos que indicaban “tu pareja te engaña” y el contenido decía “te envío unas fotografías, te engaña conmigo, a mi me lastimó mucho”, textos clásicamente utilizados para infectar equipos de cómputo con diversas intenciones.

¿Cuántas personas habrán abierto el archivo y no encontraron las fotos?

¿Cuántas personas habrán terminado internadas porque al leer el correo se despertó una celotipia afectando su vida y la de su familia?

En mi escritorio hay un caso así, y su familia nos pide ayuda para ubicar al cruel ser humano que envió esa comunicación electrónica y que, sin saberlo, daño para siempre la vida de una familia.

Nunca he sido devota de rechazar la tecnología, pero hoy al ver esta familia tan destruida, empiezo a dudar de la idoneidad de ellas y su uso desmedido por personas cuya intención es ver el mundo arder.

La tecnología es fría, los humanos no.

Mente maestra que creaste el contenido de ese correo electrónico, espero que leas esto y en tu siguiente ataque, redactes un contenido distinto, no juegues con la mente de las personas, no juegues con la felicidad de una familia.

PD: este es un caso real, cuyo detalle personal de modo, tiempo, lugar y nombres omito. Lo comparto con autorización de su familia con el fin de evitar otro caso igual. Por favor, difundan.